¿Quienes somos.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios". (Ap 2, 7). * Somos un grupo de cristianos, laicos y consagrados, que
desde hace unos años, pertenecemos a la
asociación Publica de fieles "AVSP" de la Diócesis de Valencia. * Partimos de
nuestra condición de bautizados y por lo tanto de personas que hemos recibido
una consagración inicial, para poder vivir nuestra condición de "hijos de Dios", consagración que
posteriormente ha ido tomando formas distintas, pero complementarias en la rica
y pluriforme realidad eclesial. * Dado que la
vida cristiana es dinámica porque el Espíritu
Santo nos mantiene en un caminar continuo, nuestro primer objetivo es
cuidar nuestra vida cristiana: personal y eclesial. Cuidar la oración
(Personal, Lectio divina, Liturgia de las Horas, practicas de piedad), la vida
comunitaria, la vivencia y participación en los sacramentos, la llamada a participar en la misión de la Iglesia. * El objetivo es suscitar
caminos de crecimiento personal, que
acaben generando procesos de conversión individual y comunitaria, ahondando de manera sencilla
en lo esencial del Evangelio; el modo es
hacerlo es a través de un lenguaje, unos símbolos y unos encuentros con el
Evangelio. que nos ayuden a descubrir un camino para vivirlo todo de manera
nueva. * Encontrarnos con Jesús,
quien nos va descubriendo un Dios más humano y más amigo que todo lo que hemos
escuchado. Nos invitará a vivir en nuestra vida algo tan importante como la alegría de vivir,
la solidaridad con los que sufren y el trabajo por una sociedad más humana. Te
enseñará a vivir con dignidad y esperanza". En definitiva Jesús nos continua invitando a aceptar en nuestra vida la realidad operante del Reino de Dios. Si cambio a los apostoles ¿no va a convertirnos a nosotros?. * Partiendo de
nuestra condición de bautizados, ayudar a descubrir el plan que Dios tiene para cada
uno. * Cuidar en los
centros la dimensión comunitaria que es parte fundamental en la vida cristiana.
Dios nos salva y nos llama personalmente, pero en una comunidad congregada por
Él mismo: la Iglesia. *Discernir la
voluntad de Dios, en el día a día de nuestra vida. * Siendo
conscientes siempre, que estamos en un tiempo de crisis, de búsqueda y que por
ello necesitamos encontrar y dar nuevas respuestas a los
retos que la Iglesia, en su fidelidad a Cristo y al Evangelio tiene planteadas. * Queremos
cuidar de forma especial la vocación de los laicos y en la gran importancia que
tienen para la Iglesia. Para eso han sido consagrados los laicos en el
bautismo y enviados a la misión de "anunciar y vivir, ya la realidad del
Reino de Dios" por Jesús mismo. Un texto de Pablo VI es especialmente directo
y claro sobre este particular. " Los seglares, cuya vocación específica los
coloca en el corazón del mundo y a la guía de las más variadas tareas
temporales, deben ejercer por lo mismo una forma singular de evangelización. Su tarea primera e inmediata no es la institución y el desarrollo de la
comunidad eclesial -esa es la función específica de los Pastores-, sino el
poner en práctica todas las posibilidades cristianas y evangélicas, escondidas,
pero a su vez ya presentes y activas, en las cosas del mundo. El campo propio de su actividad evangelizadora es el mundo vasto y
complejo mundo de la política, lo social, la economía, y también la cultura,
las ciencias y las artes, la vida internacional, los medios de comunicación de masas,
así como otras realidades abiertas a la evangelización como el amor, la
familia, la educación de los niños y jóvenes, el trabajo profesional, el
sufrimiento, etc. Cuantos más seglares haya impregnados del Evangelio, responsables de
estas realidades y claramente comprometidos en ellas, competentes para
promoverlas y conscientes de que es necesario desplegar su plena capacidad
cristiana, tantas veces oculta y asfixiada, tanto más estas realidades -sin
perder o sacrificar nada de su coeficiente humano, al contrario, manifestando
una dimensión trascendente frecuentemente desconocida-, estarán al servicio de
la edificación del Reino de Dios y, por consiguiente, de la salvación en Cristo
Jesús". (Pablo VI, EN, Anuncio del
evangelio, 70, 1975) " Como creyentes tenemos
los oídos atentos para escuchar lo que dice el Espíritu a la Iglesia y lo que
el Señor le pide: El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios". (Ap 2, 7). " Queremos desde la
oración y el compromiso responder a la invitación de la Evangelización. “Evangelizar” significa reavivar
el impulso primero, dejándonos llenar de la valentía de la predicación apostólica
después de Pentecostés. Los cambios históricos pueden producir miedo, por lo
que se necesita de una visión que permita ver el futuro con esperanza. Se trata
del Reino que viene, que ha sido anunciado por Jesucristo y descrito en sus
parábolas. Esta evangelización es proclamación del mensaje de Jesús, que
infunde alegría y da razón de nuestra fe: “…estad siempre
dispuestos a dar razón de vuestra
esperanza a todo el que os pida explicaciones” -1Pe 3 ,15-). Que Dios tenga rostro humano y que nos ame, no es mensaje que nos
podamos quedar sólo para nosotros. . El Papa Francisco insistentemente
nos recuerda la realidad urgente
de la Evangelización, nos habla de cómo la iglesia, como " Pueblo de Dios,
pueblo peregrino de creyentes",
debe vivir esta realidad evangelizadora. "La Iglesia de puertas abiertas no solo para recibir sino
fundamentalmente para salir y llenar de Evangelio la calle y la vida de los
hombres de nuestro tiempo". "La Iglesia de puertas abiertas no solo para recibir sino fundamentalmente
para salir y llenar de Evangelio la calle y la vida de los hombres de nuestro
tiempo". "Si la Iglesia permanece encerrada en sí misma, auto-referencial,
envejece. Entre una Iglesia accidentada que sale a la calle y una Iglesia
enferma de autoreferencialidad, no tengo ninguna
duda: prefiero la primera". "La Iglesia, por venir de una época donde el modelo cultural la
favorecía, se acostumbró a que sus instancias fueran ofrecidas y abiertas para
el que viniera, para el que nos buscara. Eso funcionaba en una comunidad
evangelizada. Pero en la actual situación, la Iglesia necesita transformar sus
estructuras y modos pastorales orientándolos de modo que sean misioneros. No
podemos permanecer en el estilo 'clientelar' que, pasivamente, espera que venga
el cliente, el feligrés, sino que tenemos que tener estructuras para ir hacia
donde nos necesitan, hacia donde está la gente, hacia quienes deseándolo no van
a acercarse". Más claro, el agua. Y, sin duda, esto es lo que necesita hoy, entre
otras cosas, la Iglesia: ir de verdad a la gente. En la Encíclica "LUMEN FIDEI", encontramos claras y profundas
reflexiones para nuestra vida cristiana. A ella nos remitimos continuamente. A continuación
os presentamos algunas de las frases espigadas
de la Encíclica, así como el texto completo de la misma. La Encíclica
Lumen Fidei es un texto apasionante, iniciado por Benedicto XVI y firmado por el
Papa Francisco el 29 de junio 2013, que puede iluminar la vida de millones de
personas. Por él desfilan muchos grandes teólogos y escritores: Nietzsche,
Dante, Dostoievski, Rousseau, Buber, Guardini, Newman, San Agustín,
Guillermo de Saint Thierry...Ahora nos toca conocerlo a fondo y difundirlo por
los nuevos areópagos. Para facilitar la tarea hemos escogido algunas frases
breves (entre paréntesis, el número de la Encíclica en que aparecen). No
pretenden ser un resumen pero pueden ayudar a acercarnos a ella. 1. “El hombre ha
renunciado a la búsqueda de una luz grande, de una verdad grande, y se ha
contentado con pequeñas luces que alumbran el instante fugaz, pero que son
incapaces de abrir el camino” (n. 3). 2. “La idolatría
es siempre politeísta, ir sin meta alguna de un señor a otro. La idolatría no
presenta un camino, sino una multitud de senderos, que no llevan a ninguna
parte, y forman más bien un laberinto” (n. 13). 3. “El creyente
es transformado por el Amor, al que se abre por la fe, y al abrirse a este amor
que se le ofrece, su existencia se dilata más allá de sí mismo” (n. 21). 4. “Gracias a su
unión intrínseca con la verdad, la fe es capaz de ofrecer una luz nueva” (n.
24). 5. “La mirada de
la ciencia se beneficia así de la fe: ésta invita al científico a estar abierto
a la realidad, en toda su riqueza inagotable (n. 34). 6. “Pero ésta no
es la única manera que tiene el hombre de conocer. La persona vive siempre en
relación. Proviene de otros, pertenece a otros, su vida se ensancha en el
encuentro con otros” (n. 38) 7. “Quien cree
nunca está solo, porque la fe tiende a difundirse, a compartir su alegría con
otros” (n. 39) 8. “El decálogo
no es un conjunto de preceptos negativos, sino indicaciones concretas para
salir del “yo” autorreferencial, cerrado en sí mismo” (n. 46). 9. “Gracias a la
fe, hemos descubierto la dignidad única de cada persona, que no era tan
evidente en el mundo antiguo” (n. 54). 10. “Incluso
desde un punto de vista simplemente antropológico, la unidad es superior al
conflicto; hemos de contar también con el conflicto, pero experimentarlo debe
llevarnos a resolverlo, a superarlo” (n. 55). 11. “La luz de
la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía
nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar” (n. 57). 12. “En la Madre
de Jesús, la fe ha dado su mejor fruto” (n. 58). Estas frases no
pretenden ser un resumen de Lumen Fidei pero nos acercan a su fascinante
contenido, que hay que dar a conocer, para realizar adecuadamente nuestra misión
evangelizadora, nosotros y cualquier cristiano, que quiera responder a la
llamada del Señor.
VISITA LA PÁGINA DE LA ASOCIACIÓN PÚBLICA DE FIELES DE LA DIÓCESIS DE VALENCIA "
"AD VIRGINITATEM SACRAM PROMOVENDAM"